Leyes y principios
En la naturaleza no existe nada superfluo. El mal existe para aquel que no comprende las leyes. Para aquel que las comprende y cumple el mal se convierte en bien. (1, 305)
El hombre es un universo en miniatura donde reinan las mismas leyes que existen en el gran universo. (1, 2545)
El Amor es una ley, una ley poderosa y sagrada de donde provienen todas las demás leyes. También la vida proviene de esta ley.(2, 2298)
El Amor Divino es una ley por sí misma. Es una gran fuerza que no obedece a ninguna ley pero libera a quienes están limitados, oprimidos y subyugados. (2, 2292)
Según las leyes del amor y la naturaleza, cada hombre debe mostrar libremente su naturaleza del mismo modo que la fuente fluye libremente. El peor de los males proviene de las grandes limitaciones. Lo grande es no limitar. (1, 1185)
La única libertad que posee el hombre reside en sus pensamientos, en sus sentimientos y en sus actos. Usad esta libertad. (1, 1400)
Yo he visto personas en las cuales habita el Espíritu y aún así se han quedado como antes: irritables. Cuando el Espíritu se instale en el tacaño, en aquel que está en descomposición, en el irritable, en el generoso, no los cambia. El Espíritu da las condiciones. El Espíritu comprueba las cosas. Cada persona se queda tal y como era. Debe trabajar sobre sí misma sin cesar para transformarse. Cambiara sólo si lo desea. Si no lo quiere no hay fuerza capaz de transformarla. El cambio es un proceso absolutamente libre. (1, 964)
Si vosotros lográis recordar que debéis realizar aquella cosa Divina que se os pide, también Dios se acordará de daros lo que Le
estéis pidiendo. Si vosotros manifestáis el Amor, también los demás lo manifestarán hacia vosotros. (1, 979)
Normalmente a cada sistema de seres superiores le corresponde otra de seres inferiores que influyen una sobre la otra. Gracias a esta interacción entre los sistemas el cosmos se desarrolla y evoluciona. En el centro de todos los sistemas está la Conciencia Divina, el Espíritu Divino, que regula todas las cosas en la naturaleza y en la vida. (1, 1023)
Jamás pienses mal de ti mismo y nunca expreses la opinión que tienes de ti a nadie. Dios te creo por algo y no hace falta que te intrometas en Sus asuntos. Si sabes trabajar y pensar de ti puede salir cualquier cosa. (1, 1074)
Existen tres tipos de esclavitud: cuando teméis alguien o algo, cuando odiáis y cuando amáis. (1, 1001)
Respetad el derecho de cada persona de pensar y vivir según su entendimiento. Si le quitáis este derecho, otro os quitará el vuestro. (1, 2078)
El hombre ha sido un amo que torturaba a sus servidores, ahora él es el sirviente y cuando aquellos lo encuentren, lo torturan. El hombre es responsable de todo lo que hace.
Aquello que has hecho a los demás te lo harán a ti. El karma es una deuda impagada. El karma existe para los estúpidos, mientras que para el sensato, para el sabio existe sólo el dharma. (1, 1084)
Cuando sufrimos por fuera, ganamos por dentro. El sufrimiento es una presión exterior para que nazca la fuerza interior. (2, 2617)
Seguiréis sufriendo hasta que lo transforméis todo en pensamiento. (2, 2618)
Nuestros sufrimientos son el material de construcción para una vida más elevada que ahora se está construyendo. Si no tomamos parte en el sufrimiento, tampoco participaremos en los bienes. En el otro mundo todos vuestros sufrimientos os recibirán y serán vuestros ángeles. El hombre gana en el sufrimiento. Es una ley Divina. (1,889)
Lloráis por haber perdido algo. Pero las leyes de la naturaleza son tales que siempre cuando ella quita algo por un lado, por el otro os esta dando otra cosa diferente. Cuando un hombre pierde algo en el terreno físico, gana algo en el terreno mental. En la naturaleza existe una compensación, un equilibrio. (1, 1094)
Lo malo es cuando debo dar pero yo quiero tomar. Cuando debo dar debo hacerlo sin pensar en otra cosa. Y después de haber dado me llegará algo que debo tomar. (1, 1138)
Al amar ciertas personas te vuelves sano. Al amar a otras, te vuelves bueno. Al amar unas terceras, te vuelves inteligente. Y también hay otras que cuando las amas te vuelves santo, adquieres una gran belleza y te vuelves semejante a un ángel. (1, 1340)
A través del Amor hacia Dios nace el hombre, mientras que a través del Amor hacia el prójimo crece. (2, 2401)
Amor hacia Dios y Amor hacia el prójimo. No hay cosa más grande que amar a todos los hombres y que ellos también te amen a ti.
El Amor siempre eleva a los hombres. Si una mujer ama como es debido, ella se eleva. Y también el hombre, si ama como es debido, se eleva. (1,1357)
Si tu no amas los alimentos, ¿ cómo recibirás la vida que se esconde en ellos? La misma ley es valida para el aire que respiras, para el libro que leas, para el agua que recibes. (1, 1642)
Cuando amáis a alguien, Dios participa en este acto. La vida no se puede mejorar sin amor, sin actos nobles, sin pensamientos justos y luminosos. El amor físico debe ser un preámbulo del amor espiritual. El amor espiritual debe ser un prefacio del amor Divino. Pensad bien, sentid bien y actuad bien. (1, 1665)
Del mismo modo que os comportáis con los demás ellos se comportaran con vosotros. (1, 1722)
Todos somos uno. Hacer mal a los demás significa hacernos mal a nosotros mismos. (2, 2582)
Para que el mundo mejore, cada uno debe mejorarse a sí mismo, mejorar a su mundo. (2, 2619)
Si trabajáis con alegría y Amor os ayudara tanto Dios, como la naturaleza. (2, 2730)
Son los buenos pensamientos y sentimientos que alimentamos quienes atraen la gente hacia nosotros. Incluso nuestros buenos pensamientos y deseos atraen a los seres del mundo invisible del mismo modo que las flores nos atraen a nosotros. Nuestros pensamientos y sentimientos son tan necesarios como lo son los árboles frutales y las flores. Con nuestros pensamientos y sentimientos creamos nuestro futuro. (1, 880)
Cada persona se debe respetar por lo que es y no por lo que no es. (2, 2626)
Debéis saber que vuestra felicidad no depende de las condiciones que os rodean. La felicidad depende únicamente de vosotros mismos. (2, 683)
Preguntáis: ¿Cuál seria el final de la vida? La vida no tiene final. (1, 825)
¡Sea lo que sea lo que estáis haciendo, hacedlo bien!(1, 826)
No hay en la naturaleza dos momentos que sean iguales. Cada momento trae una gran bendición y cada estado aporta un gran bien. Todo aquello que os ocurre aporta una gran riqueza: la bendición de Dios. También los sufrimientos, las alegrías y la muerte traen la bendición de Dios. También la vida trae las bendiciones de Dios. Y todo lo que te podrá ocurrir formará un conjunto. Dicen las Escrituras: “Todo lo que le ocurre a aquellos que aman a Dios será para su bien.” (1, 906)
Bibliografía:
Beinsá Dunó, Sagradas palabras del Maestro, Tomo 2, Sofía 1994
Beinsá Dunó, Sagradas palabras del Maestro, Tomo 3, Sofía 1994