El contacto con el Principio Espiritual
“Lo que da la vida es el Espíritu.” Y es con este Espíritu con el cual debéis conectaros. Es la esencia de la naturaleza. Esta esencia esta presente en los rayos del Sol, en los alimentos, en el aire, en el agua, en todo lo que es puro e inmaculado. Cierta persona emana algo cálido y agradable. Es el Espíritu, la eterna esencia que une a todos los hombres y se trasmite de persona a persona. Lo que une a la gente es el Espíritu. (1, 963)
El Espíritu es la luz Divina, lo fuerte, lo poderoso que sostiene la vida de todos los seres. La presencia del Espíritu crea un continuo flujo de energía en la mente del hombre. (1, 1040)
Hay en el mundo un único Principio Unificador con el cual debemos mantener una relación equitativa. No debemos tener los mismos derechos, no se trata de igualdad, no es posible que tengamos los mismos derechos. A un niño pequeño se le dará lo que puede asimilar. A un hombre adulto se le dará más. Cada uno recibirá según su edad. (1, 1261)
Si crees que Dios está fuera de ti significa que no tienes la más mínima idea de quién es DIOS. Dios se esconde detrás de los fenómenos más insignificantes y detrás de la fuerza más mínima. Nada en el mundo ocurre sin Su fuerza. (1, 944)
Vosotros consideráis a Dios como una necesidad externa, como un ser que castiga y persigue, por lo cual Le tenéis miedo, en vez de amarle. Para vosotros Dios está en la tempestad, en los terremotos, en los sufrimientos. Lo buscáis únicamente fuera y no dentro de vosotros. Mientras miréis a Dios de esta manera siempre permaneceréis lejos de Él.
Aceptad a Dios primero en vosotros mismos, en vuestras almas, en vuestros corazones y mentes como la manifestación de sublimes pensamientos y sentimientos, como un impulso para actos buenos y elevados. Con esta consideración mirad el cielo, las estrellas, deteneos delante de las fuentes, de las flores, contemplad las montañas y los valles, dejad que os acaricie la brisa: Dios está por doquier, dentro y fuera de vosotros. Todo está lleno de la presencia Divina. (2, 2768)
Si os despertáis con un buen pensamiento, con un cálido sentimiento, si decidís realizar un buen acto en este día, si se os ocurre una buena idea, considerad que Dios está detrás de este pensamiento o idea, Dios se esconde en cada idea que os puede elevar, que os puede impulsar y marcar una dirección.(2, 2955)
El sentido religioso es refinado. Es uno de los sentimientos más delicados. Los hindúes lo llaman “ flor de mil pétalos”. Quien haya desarrollado este sentimiento posee una delicadeza, una ternura y es atento con todo y por doquier. (1, 946)
La oración debe ser exacta, breve, clara e intensa. La oración es la respiración del alma. (2, 2677)
La oración eleva las vibraciones del aura del hombre y con eso el hombre se vuelve invulnerable para las influencias más bajas de su alrededor. La oración es una conversación con Dios, es la respiración del alma, la manifestación de una armonía sublime y sólo ella esta dotada del poder de acabar con la grosería que hoy en día hay en el mundo. (1, 1052)
Para que un hombre comprendiera qué es el Espíritu su alma debe despertar ya que sólo el alma tiene una comunicación directa con el Espíritu. Sin el alma no tendríamos la menor idea de qué es el Espíritu. Se puede decir que la relación entre el alma humana y el Espíritu es la misma que existe entre la semilla que crece y el Sol. El alma humana siente veneración ante el Espíritu Divino porque su Vida y su crecimiento dependen de Él (3,55)
En el Antiguo Testamento los hombres hacían sacrificios ante el Señor. Nosotros, los hombres contemporáneos, cuando nos presentemos ante el Señor ¿Qué le llevaremos? El mejor pensamiento, el mejor sentimiento, la mejor acción. (1, 795)
Son las ideas las que dan el sentido interior y la belleza de la vida. Una idea es poderosa cuando puede desarrollarse en las condiciones más desfavorables. (1, 1035)
Entre el Sol y el organismo humano existe la misma relación que entre Dios y el alma: sin esta conexión el hombre no puede evolucionar. La mente del hombre se puede desarrollar sólo bajo la influencia del Espíritu Divino. (1, 1191)
Este hombre ha envejecido porque no ama a nadie y no hay nadie que lo ame a él. Amar a los demás es servir a Dios. Andar, pensar, trabajar, rezar, esto es servir a Dios. (1, 980)
El karma se anula con la ley del Amor y no corriendo. El dharma es la suma de ciertas fuerzas, las de la “Bienaventuranza de Dios”. Si estáis atentos y sois sensatos liquidaréis el karma y entraréis en el dharma. De lo contrario el karma os arrastrará. (1, 1085)
En su existencia Dios es Espíritu.
El Espíritu es una manifestación de Dios. Ha existido siempre y siempre existirá. El Espíritu es el principio de todas las cosas. (3, pag. 53)
Hay Uno que se manifiesta como Amor, como sabiduría y como Verdad.
Hay Uno. Y toda la Naturaleza Viviente habla de Él, el Único y el Grande. Lo llaman Dios, Señor, Padre.
Él lo llena todo, toda la Existencia, todos los mundos, todos los sistema solares y aún así no se ha manifestado en su totalidad. Ni siquiera en toda la eternidad podrá manifestarse plenamente. Ni en ella existen todas las formas en las cuales se podría manifestar.
En si sólo el Absoluto e Inalcanzable no tiene forma. Es la Nada. Sólo que ésta Nada lo contiene todo en Sí. Se comprime sin limitarse. Disminuye sin rebajarse. Crea sin agotarse nunca.
Se manifiesta en todo pero no está en lo manifestado. Lo sostiene todo: de dentro y de fuera pero Él mismo no participa en nada de ello.
Le asemejamos a la Luz, a la Razón: el Logos. Pero por Sí sólo no es ni la Luz, ni la Razón, estas son tal sólo Sus manifestaciones.
Dios no está presente en el mundo de un modo material. En realidad ¿está el pintor que ha creado un cuadro en el mismo cuadro? Cuando el escultor esculpe una escultura ¿acaso esta él en la estatua?
Pero cuando el Gran Desconocido se nos está revelando, se manifiesta como Luz sin sombras, Vida sin interrupción, Amor sin cambios, Conocimiento sin errores, Libertad sin limitaciones.
Y cuando decimos que Dios es Amor nos referimos a aquel Ser de donde proviene toda la Vida del Universo y que une todas las almas vivientes en un conjunto sin que Él mismo cambiase. (3, pag. 37)
El Espíritu es la eterna e inmortal base de esta Vida. Esconde en sí todas las formas primordiales en las cuales se manifiesta la Vida. Y bajo formas primordiales entendemos aquellas formas que provienen directamente del Espíritu. Cada forma del Espíritu es una hoja escrita del gran libro de la Vida.
En su esencia el Espíritu es uno, pero en Sus manifestaciones es plural. Unidad y pluralidad: estas son las propiedades del Espíritu. Como manifestación el Espíritu es pluralidad de polo a polo. Es por eso que digo: el Espíritu es uno, los espíritus son mucho. Los espíritus son inhalaciones que nacen de la única Inhalación.
En la pluralidad del Espíritu se manifiesta Su inagotable diversidad. Y la grandeza del Espíritu Divino se manifiesta en esta diversidad. El Espíritu trae todas las incontables riquezas de los mundos visibles y revela Quién es Dios.
Al enviarnos Su Espíritu Dios desciende a nosotros del mismo modo que lo hace el sol enviándonos su luz. El Espíritu Divino nace cada día, cada día nos aporta Sus bendiciones, voluntariamente sin que se lo pidamos y sin exigirnos nada a cambio.
Todo lo que poseemos se lo debemos a Él. Los hombres, en menor o mayor medida, siempre han tenido conciencia de ello. Ellos han descrito esta Fuerza Inteligente, que fluye desde Dios y se manifiesta en el mundo en formas diversas, con distintos nombres: sustancia primordial, energía primordial, leyes de la Naturaleza etc.
Pero las leyes están creadas por el Espíritu, y tienen que ver con aquella gran energía que hay en el mundo y que sale de su estado primordial, entra en el camino de la evolución, se diferencia para manifestarse en su infinita diversidad. Y este camino de la evolución no es nada más que el movimiento del Espíritu alrededor del mundo en el cumplimiento de un conjunto y único plan cósmico.
El Espíritu es la realidad más sublime. Desde el punto de vista del mundo físico es invisible, pero desde el punto de vista del mundo Divino es tan objetivo como lo es el cuerpo en el mundo físico y el alma en el mundo Espiritual.
Todas las cosas grandes, elevadas y poderosas en el mundo se deben al Espíritu. ( 3, pag.53-54)
La belleza es la manifestación externa de la luz que sale de Dios.
El hombre bello refleja la luz Divina sobre los demás. (1, 941)
Los ángeles se distinguen por dos cosas: son muy inteligentes y extremadamente justos. Y cada uno de vosotros, que es inteligente y logra ser absolutamente justo, se puede convertir en un ángel. (1, 1718)
Cuando afrontáis las mayores dificultades y obstáculos, la naturaleza ya ha previsto vuestras necesidades y encuentra el modo de prestaros ayuda, pero no del modo que vosotros esperáis, sino de un modo totalmente increíble, como únicamente ella sabe ayudar. (1, 1015)
Cada uno tiene su propio camino igual que las estrellas. El camino que Dios te ha destinado está dentro de Él. (1, 858)
Bibliografía:
Beinsá Dunó, Sagradas palabras del Maestro, Tomo 2, Sofía 1994
Beinsá Dunó, Sagradas palabras del Maestro, Tomo 3, Sofía 1994
El Maestro habla (red. G. Rádev), Sofía 2005, (Editorial Byálo Brátstvo)